El cambio es la única constante en la existencia. En un entorno tan competitivo como el de la industria metalmecánica y la soldadura en particular, resulta imprescindible evolucionar para adaptarse a los tiempos, las expectativas, los gustos y las exigencias actuales. ¿Qué mejor momento que nuestro 25 aniversario para impulsar una actualización de nuestra marca, esa que nos representa y llega a todo tipo de públicos reflejando lo que somos?
Nuestra nueva logomarca representa lo que somos, los valores con los que nos identificamos. Experiencia, conexión, servicio, comunicación y soluciones son sus principales atributos.
La evolución de una identidad corporativa es siempre una labor compleja y exigente. Un trabajo estimulante que precisa concentrar en una serie de rasgos y elementos gráficos toda la esencia de una compañía, sin romper con el pasado pero mirando hacia el futuro. Eso es lo que hemos hecho en Arasol. Y queremos compartir con vosotros, por medio de este post, las claves y los conceptos principales que recoge nuestro nuevo logotipo.
Esta identidad corporativa está formada por tres elementos principales: la leyenda, el símbolo y el color. Vamos a empezar por lo verbal, explicando que la tipografía Horatio ha sido profundamente customizada para potenciar la personalidad y el carácter único, excepcional, de nuestros servicios. El resultado transmite humanidad, proximidad, excelencia y, gracias a sus trazos bien delineados y a sus remates curvos, recuerda la grafía original de nuestro logotipo anterior. Su presentación en caja baja —letras minúsculas—, sin embargo, confiere sencillez, humildad y confianza. Como tipografía complementaria hemos escogido la Roboto Slab, la cual enfatiza el contraste entre lo humano y lo mecánico, entre el servicio y la tecnología.
El símbolo es una evolución minimalista, actual, de un elemento conceptual y descriptivo a la vez: la tuerca, que se asocia a lo industrial, la unión, la solidez, la movilidad y la transformación. En su interior, con tanta sencillez como expresividad, se ubican dos líneas abiertas que evocan un apretón de manos (matiz humano) y sugieren también, en cierto modo, el acto de ensamblar (calidad y precisión). No es casual que el efecto que producen en el ojo es el de una letra ese, la inicial de algunas palabras claves de nuestra actividad, como soldadura, servicio y solución.
Por último, y en cuanto al cromatismo, la elección del naranja responde a nuestro propósito de transmitir comunicación, equilibrio, seguridad y confianza, ya que se trata de un color sociable, energético y amable. Invita a trabajar en equipo, a aunar fuerzas, a compartir y a ser creativos, innovadores, accesibles. En opinión de Kandinsky, «suscita sentimientos de fuerza, energía, ambición, determinación, alegría y triunfo». Desde un plano más descriptivo y práctico, dentro de nuestra actividad, el anaranjado es el color del metal incandescente —soldadura— e incorpora un marcado matiz de diferenciación respecto a la competencia y a nuestra etapa anterior.
Por todo ello, nos sentimos plenamente representados por este logotipo y estamos convencidos de que pronto empezará a ser identificado, como ya lo era el anterior, con la profesionalidad, la satisfacción y la excelencia que siempre nos han caracterizado.
Mostrar comentarios (0)